Síndrome de Koro (término que significa "cabeza de tortuga") o de Suk Yeong es un trastorno psiquiátrico, propio de China, India y del Sudeste asiático, caracterizado por la convicción infundada de que el propio pene se está acortando e introduciéndose prograsivamente dentro del abdomen.
miércoles, 8 de abril de 2015
Sindrome de Koro
Sindrome de Korsakoff
El síndrome de Korsakoff es una enfermedad producida por un consumo continuado en el tiempo de cantidades importantes de alcohol, lo que va a llevar al organismo a una deficiencia de vitamina B1 (tiamina), lo que a su vez va a tener importantes efectos en el cerebro (también se conoce como psicosis de Korsakoff), alterando las funciones de la memoria, además, puede ir acompañado de episodios psicóticos que complican aún más el diagnostico y el tratamiento de este problema.
Este síndrome fue descubierto por el neuropsiquiatra Sergey Korsakoff, el cuál analizó los efectos del vodka en los consumidores crónicos, dándose cuenta de las graves afecciones que causaba, caracterizadas por amnesiasanterógradas (con dificultad para formar nuevos recuerdos), además de otros síntomas como inquietud y descoordinación motora (ataxia), y alucinaciones, según la gravedad en el deterioro cerebral.
El consumo excesivo y crónico de alcohol suele ir acompañado de desnutrición y falta de vitamina B1, ya que la persona deja de alimentarse adecuadamente, lo que va a provocar que además se vean afectados otros órganos, como el hígado o el corazón, que van a complicar el tratamiento, pues van a coexistir signos y síntomas de diferentes órganos, todos ellos originados por la misma causa, la ingesta excesiva y mantenida en el tiempo de bebidas alcohólicas.
Además del consumo crónico de alcohol, también se precisa de cierto componente genético para que se dé el síndrome de Korsakoff. Su incidencia es más alta en alcohólicos de edad avanzada, aunque no queda claro si es debido a una debilidad del organismo por el paso de los años, o a la acumulación de la deficiencia de la vitamina B1 en el organismo a estas edades.
Igualmente, la deficiencia de vitamina B1 puede acarrear otras complicaciones, ya sea en el corazón o el hígado –acompañándose de diarrea y pérdida de peso–, o bien en el cerebro, como en el caso de la encefalopatía de Wernike, denominándose en éste caso síndrome de Wernike-Korsakoff, en el cual, además, aparecerán síntomas como la parálisis ocular, pérdida de la audición, epilepsia, hipotermia, y depresión entre otros.
Sindrome de la Bella Durmiente
El síndrome de la bella durmiente o de Kleine-Levin consiste en dormir por periodos prolongados de tiempo, que pueden abarcar desde casi un día entero hasta semanas. El paciente presenta una somnolencia que no puede controlar, lo cual lo conduce a un estado de hipersomnia. Otros síntomas incluyen alimentarse de forma compulsiva (puesto que en sus periodos de sueño prácticamente no comen), desorientación (tanto en el tiempo como en el espacio), conducta agresiva, deterioro de las capacidades mentales e, incluso, alucinaciones. En resumen, nada tan romántico como el cuento de hadas que da su nombre común al trastorno.
Una vez que pasa la crisis, los pacientes del psíndrome de Kleine-Levin regresan a la normalidad, aunque pueden sufrir de amnesia o alteraciones en la memoria a corto plazo, por lo que no consiguen recordar prácticamente nada de su periodo de sueño intenso. Además, debido a la enorme cantidad de tiempo que pasan durmiendo, sufren un deterioro social, laboral y emocional, al ser incapaces de llevar a cabo sus actividades diarias.
Este tipo de trastorno neurológico es poco frecuente. Por lo general, se presenta en varones adolescentes y ocasionalmente en mujeres. Los primeros casos se registaron en la década de los años veinte y, aunque desde entonces son pocos los pacientes diagnosticados, la falta de información sobre el tema puede hacer que existan muchos más confundidos con otros padecimientos mentales, como la esquizofrenia.
La causa del síndrome de la bella durmiente aún se desconoce con certeza. Algunos estudios señalan que se trata de un trastorno en el hipotálamo y otras anomalías en el desarrollo del cerebro. Asimismo, los tratamientos no han probado hasta el momento eliminarlo de forma definitiva. La cura, ciertamente, no está en un romántico beso de cuento mágico. Solo un 20% de los pacientes han dejado de tener episodios en una media de seis años, pero aún se desconoce si se trata de una curación permamente.
Sin embargo, varias personas que padecen el síndrome de la bella durmiente han respondido bien a la terapia con sales de litio, además del apoyo psicológico, para poder lidiar con las consecuencias de sus crisis de sueño. La combinación de fármacos con psicoterapia y la misma evolución del padecimiento pueden conducir, así, a un pronóstico favorable.
De este modo, quienes duermen más de la cuenta, pueden despertarse por sí mismos y comprobar que la vida es mucho más que sueño.
Insomnio Familiar Fatal
Se caracteriza por producir una degeneración del sistema nervioso, a nivel del tálamo, que se manifiesta por insomnio intratable e irreversible, de instauración progresiva, con consecuente alteración severa del ritmo circadiano, estado mental, ataxia, hipertermia, trastornos vegetativos, sudoración, miosis y trastornos esfinterianos. A lo largo del tiempo se agrava el estado confusional y las alucinaciones inducidas por la falta de sueño, para finalmente llegar al coma y provocar la muerte aproximadamente a los nueve meses.

El insomnio familiar fatal y el síndrome de Gerstmann Straüssler Scheinker son enfermedades hereditarias sumamente raras, que se encuentran sólo en unas cuantas familias de todo el mundo.
Afecta a ambos sexos y suele aparecer en la edad adulta aunque se han descrito casos de aparición infantil y juvenil. Hasta la fecha hay identificadas en nuestro país unas veinte familias afectadas, procediendo muchas de ellas del país vasco.
La manifestación principal es el insomnio progresivo e intratable, el paciente es incapaz de conciliar el sueño, aunque quiere hacerlo, cierra los ojos e intenta adormecerse, las alucinaciones y las crisis respiratorias le devuelven a un estado de vigilia.
Las funciones cognitivas se van alterando irreversiblemente, con trastornos en la atención y la memoria, depresión y alteraciones de la conducta por lo que en épocas pasadas estos pacientes eran considerados dementes.
Sindrome de Münchhausen
El síndrome de Münchhausen consiste en una simulación repetida de enfermedades físicas, usualmente agudas, aparatosas y convincentes, por una persona que vaga de un hospital a otro en busca de tratamiento.
Estos pacientes son capaces de simular muchas enfermedades físicas tales como infarto de miocardio o fiebre de origen desconocido. A veces acaban convirtiéndose en una inacabable responsabilidad para los servicios médicos o quirúrgicos, pero, no obstante, el problema fundamental es el psiquiátrico, mucho más complejo que una simple simulación engañosa de síntomas, y vinculada a graves trastornos emocionales. Los pacientes pueden tener rasgos de personalidad histriónicos, a la vez que son inteligentes y con recursos. Saben como simular una enfermedad con sofisticada habilidad. S e diferencian de los simuladores en que sus mentiras y simulaciones son conscientes, pero las motivaciones para fingir la enfermedad son en gran medida inconscientes. Son evidentes los sentimientos de culpa.
Habitualmente, existe una historia precoz de abuso emocional y físico. Los pacientes parecen tener problemas de identidad, sentimientos intensos, control inadecuado de los impulsos, sentido de la realidad deficiente, episodios psicóticos breves y relaciones interpersonales inestables. La necesidad de que se les preste atención es pareja a la incapacidad de confiar en figuras de autoridad, a las que manipulan.
En los pacientes de síndrome de Munchausen el tratamiento rara vez es fructífero. Acceder a las manipulaciones del paciente alivia su tensión, pero provoca una escalada, sobrepasando en última estancia lo que los médicos pueden o están dispuestos a hacer. Enfrentarse al paciente o negarse a sus demandas de tratamiento da lugar a reacciones de enfado que le llevan a cambiar de hospital. El paciente acostumbra a rechazar el tratamiento psiquiátrico. Sin embargo el tratamiento suele reducirse al reconocimiento de la enfermedad y a evitar los procedimientos que impliquen riesgo como la medicación excesiva.
Sindrome de Charles Bonnet
En el año 1760, un naturalista suizo llamado Charles Bonnet se vio bastante preocupado cuando su abuelo Charles Lullin comenzó a experimentar un desfile de “visiones mágicas y divertidas”. El anciano de ochenta y nueve años de edad estaba siendo visitado por visiones de personas, aves, carros y edificios, todo lo cual era invisible para todos menos para él. Aparentemente, estos misteriosos objetos eran materializados de forma espontánea a través de los pocos pedazos de mundo que todavía era capaz de percibir debido a sus cataratas.
El abuelo de Bonnet no mostraba otros signos de pérdida de lucidez, de hecho, parecía bastante sano, aparte de las vívidas alucinaciones. Por otra parte, el anciano era muy consciente de las cosas extrañas que estaban en su mente. Bonnet catalogó las curiosas circunstancias de su abuelo, y con el tiempo la condición que él describió llegó a ser conocida como el Síndrome de Charles Bonnet, o CBS. Numerosos casos similares se han registrado en las décadas posteriores a la fecha, y aunque ha sido considerada como una enfermedad rara, la evidencia reciente sugiere que está mucho más extendida de lo que se creía anteriormente.
Para los afectados con el síndrome de Charles Bonnet, el mundo a veces es adornado con imágenes vivas aunque irreales. Algunos visualizan las superficies cubiertas con patrones que no existen, como ladrillo o azulejos, mientras que otros ven objetos fantasmas con sorprendentes detalles, incluyendo a personas, animales, edificios o cualquier otra cosa que su mente pueda evocar. Estas imágenes permanecen desde unos segundos hasta varias horas, apareciendo y desapareciendo bruscamente. Pueden consistir en elementos comunes tales como botellas o sombreros, o sin sentido para la realidad como niños bailando con flores gigantes como cabezas.
Incluso las personas con la vista dañada a menudo se sorprenden por la claridad de estas alucinaciones. La condición no causa una serie de imágenes vagas y flotantes, las visiones son muy detalladas, y muy a menudo se adaptan a su entorno. Un hombre inexistente puede sentarse y relajarse en una banca en la vida real, o un convoy de huevos escalfados puede cubrir por si mismos una repisa de una chimenea legitima. A veces, un segmento significativo de la realidad es alterado – como una escalera que se convierte en una empinada ladera de montaña o una habitación que se transforma de tamaño y forma – haciendo que el mundo sea difícil de explorar. Los objetos reales incluso pueden desaparecer por períodos de tiempo, dejando poca o ninguna evidencia de su presencia anterior.La mayoría de los enfermos por el síndrome de Charles Bonnet son personas en las primeras etapas de la pérdida de la visión, y las alucinaciones por lo general comienzan mientras su visión esta todavía presente, disminuyendo de forma paulatina. La causa más común es la degeneración macular, una enfermedad en la que ciertas células sensibles a la luz de la retina tienen un mal funcionamiento y causan un punto ciego en el centro de la visión que empeora lentamente. Otras enfermedades oculares como el glaucoma y las cataratas pueden causar los síntomas como tal, y en algunos casos poco frecuente se han diagnosticado en personas sin problemas de visión detectables en absoluto. La probabilidad de tener visiones como las de Bonnet también parece aumentar en las personas que han limitado su interacción social, como las personas que viven solas.
Sindrome de Estocolmo
El Síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. En ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía.
Según la corriente psicoanalítica el síndrome de Estocolmo sería entonces una suerte de mecanismo de defensa inconsciente del secuestrado, que no puede responder la agresión de los secuestradores y que se defiende también de la posibilidad de sufrir un shock emocional. Así, se produce una identificación con el agresor, un vínculo en el sentido de que el secuestrado empieza a tener sentimientos de identificación, de simpatía, de agrado por su secuestrador.
Historia
El síndrome ha sido llamado de este modo desde el robo del banco Kreditbanken en Norrmalms (Estocolmo), Suecia, que transcurrió desde el 23 al 28 de agosto de 1973. En este caso, las víctimas - tres mujeres y un hombre - defendieron a sus captores incluso después de terminado su secuestro, que duró seis días. Mostraron también una conducta reticente ante los procedimientos legales. Se dice incluso que una de las mujeres secuestrada se habría comprometido con uno de los captores. El término fue acuñado por el criminólogo y psicólogo Nils Bejerot, colaborador de la policía durante el robo, al referirse al síndrome en una emisión de noticias. Fue entonces adoptado por muchos psicólogos en todo el mundo.
- Tanto la víctima como el autor del delito persiguen la meta de salir ilesos del incidente, por ello cooperan.
- Los rehenes tratan de protegerse, en el contexto de situaciones incontrolables, en donde tratan de cumplir los deseos de sus captores.
- La pérdida total del control que sufre el rehén durante un secuestro, es difícil de digerir. Se hace soportable en el momento en que la víctima se identifica con los motivos del autor del delito.
De acuerdo con el psicólogo Nils Bejerot, el Síndrome de Estocolmo es más común en personas que han sido víctimas de algún tipo de abuso, tal es el caso de: rehenes, miembros de secta, abuso psicológico en niños, prisioneros de guerra, prostitutas, prisioneros campos de concentración, víctimas de incesto, y violencia doméstica.
Sindrome de Capgras
El síndrome de Capgras, también conocido como ‘ilusión de los dobles’, fue descrito por primera vez por Jean Marie Joseph Capgars. Es un trastorno, parte de un proceso psicótico, por el cual el afectado tiene la creencia delirante de que una persona cercana con la que existe un vínculo emocional, por lo general un familiar con el que convive, ha sido reemplazada por otra persona, un sustituto idéntico tanto en su físico como en su forma de actuar, lo que le provoca fuertes sentimientos de miedo y rechazo hacia esa persona a la considera un impostor.
El por qué ha sido reemplazado, por quién, o para qué son preguntas que no es capaz de explicarse la persona que sufre el síndrome de Capgras, lo que añade aún más incertidumbre y miedo a la situación. Esto va a derivar en sentimientos de evitación o rechazo hacia el sustituto, siendo éste el primer síntoma que puede apreciar un allegado sobre que algo no va bien. Una situación que si no se resuelve va a generar una gran tensión familiar, que puede terminar con la separación de la pareja, en caso de que sea ésta sea la sustituida, o el alejamiento de tus seres queridos.
La ilusión de los dobles es más frecuente en mujeres, y puede darse temporalmente o de forma crónica, pudiendo aparecer en cualquier momento de la vida. Actualmente no existe un consenso sobre la explicación en el origen y mantenimiento del Síndrome de Capgras, considerándose éste multifactorial. Lo que sí se ha observado es que a menudo aparece junto con trastornos orgánicos como lesiones craneoencefálicas o tumores cerebrales, así como junto con trastornos psicológicos como la esquizofrenia paranoide, la depresión psicótica o los trastornos delirantes.
Sindrome de Cotard
Ha sido descrita como una enfermedad psiquiátrica, relacionada con la hipocondria. Los afectados son personas disfuncionales, incapaces de iniciar y mantener una relación social con alguien más, creen firmemente haber fallecido, sufrir putrefacción de los órganos o simplemente no existir.
Esta enfermedad recibe su nombre de Jules Cotard, neurólogo francés quien fue el primero en reconocerla como una entidad y describirla como le délire de négation en París 1880.
Cotard en inicio describió el caso de una paciente a la que dio el apodo de Mademoiselle X, quien negaba la existencia de seres superiores (Dios y diablo), así como de diversas partes de su cuerpo, creía que estaba eternamente condenada y que no podría morir una muerte natural.
Los pacientes llegan a creer que sus órganos internos se encuentran paralizados o disfuncionales, (por ejemplo su corazón no late) e incluso que se están pudriendo, llegando a presentar algunos alucinaciones olfativas que confirman su delirio.
En sus formas más complejas el paciente llega a defender la idea de que en realidad él mismo está muerto e incluso que han fallecido personas allegadas a él.
Aunque es un delirio típico de las depresiones más graves (psicóticas o delirantes) se puede ver en otras enfermedades mentales severas (demencia con síntomas psicóticos, esquizofrenia, psicosis por complicaciones médicas, post-traumáticas o a tóxicos).
Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal
Historia
El doctor Robert
Smith tuvo un paciente con un pedido inusual: él quería que su pierna izquierda
sana fuera amputada.
Smith realizó la
amputación dos años y medio más tarde, el paciente informó que su vida se había
transformado mejor gracias a la operación.
El Trastorno de la Identidad de la Integridad Corporal (First, 2005), el sujeto busca por todos los medios liberarse de un miembro sano y demanda con insistencia su amputación porque, muchas veces ya desde niño, se identifican con discapacitados físicos.
Muchos saben, no sólo cual, sino el nivel exacto de amputación que desean habitualmente la pierna izquierda por encima de la rodilla.
Se trata de una parte perfectamente sana del cuerpo pero percibida por ellos como ajena o incongruente con su imagen corporal. (DiéguezM. Et al,)
En muchos de los estudios se ha observado que en su mayoría, se trata de varones sanos, con estudios universitarios, con buen funcionamiento social. Todos coinciden en el recuerdo infantil de anhelar en convertirse en amputados.
- En unos comienzos este fenómeno se le conocía como apotemnofilia el cual estaba situado en el esquema sexual y se refiere al deseo por la amputación de uno mismo o a la búsqueda de una pareja sexual la cual tenga algún miembro de su cuerpo amputado.
- En 1977, el investigador John Money y sus colegas de la Johns Hopkins University describieron dos personas que querían llegar a ser amputados por estar sexualmente excitados por esta idea. Money definió su condición como apotemnofilia, una desviación sexual o parafilia, en la que se erotiza un muñón, un par de muletas o silla de ruedas.
- En los ochentas, los especialistas comienzan a diferenciar el Trastorno de identidad de la IntegridadCorporal o en sus siglas en inglés BIID (Body Integrity Identity Disorder) de la apotemnofilia donde se omite el componente sexual, pues en posteriores estudios clínicos se demuestra que el componente sexual no es un elemento primario en el deseo de ser amputado.
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